miércoles, 28 de octubre de 2009

ESTADO DE CONSERVACIÓN


Si a primera vista el estado de conservación del retablo resulta bastante aceptable, sobre todo teniendo en cuenta que no se tienen noticias de otras intervenciones relevantes (a parte de una limpieza superficial en 2004), la observación detallada pone en evidencia una gran cantidad de piezas desensambladas y uniones abiertas, así como la gran cantidad de fragmentos desaparecidos. No obstante, la estructura interna portante del retablo no presenta inestabilidad ni desplomes.



A lo largo y ancho del retablo hay piezas y fragmentos de diverso tamaño sueltas de su anclaje o ensamble original, afianzadas con alambres, clavos, etc.
Presenta multitud de clavos, de diversos tamaños y tipología, fruto de reparaciones o de montajes de altares efímeros que usaron el retablo como elemento sustentante de todo tipo de ornamentos.
Aún permanecen clavados al retablo restos de cables y portalámparas de antiguas instalaciones eléctricas.



Las zonas con quemaduras de velas son escasas, concentrándose éstas en las zonas más bajas.
Los estratos de preparación y policromía (y dorado) presentan grandes zonas con levantamientos y desprendimientos especialmente en el ático. A medida que descendemos dichos estratos están en mejores condiciones.
Una detallada observación del retablo nos permite observar cómo hay muchas piezas que, desprendidas en algún momento de su ubicación original, fueron usadas para tapar el hueco dejado por otras también desprendidas.



En general, la superficie del retablo aparece oscurecida por la oxidación de los barnices y, sobre todo, por el humo de las velas, acusándose éste sobre todo en las cornisas y salientes.
No presenta repintes, a excepción de la moldura inferior del banco y algún que otro pequeño detalle en los fondos polícromos de las zonas inferiores.






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