lunes, 16 de noviembre de 2009

LIMPIEZA SUPERFICIAL Y FIJACIÓN DE EMERGENCIA

Una vez montado el andamiaje necesario para tener acceso a todo el retablo se comenzaron las labores de consolidación y restauración sobre el mismo.
En primer lugar se ha eliminado la suciedad más superficial, consistente en la acumulación de polvo sobre la superficie lignaria. Estos depósitos de polvo no eran excesivos, debido a la relativamente reciente limpieza superficial a que fue sometido el retablo en 2004, con motivo de la finalización de las obras de restauración y la iluminación artística de la iglesia. No obstante, en la parte superior del retablo, la execsiva acumulación de polvo, restos vegetales, elementos metálicos, pequeños cascotes y fragmentos desprendidos del enlucido de la bóveda hace pensar que aquella limpieza no alcanzó esa zona.

En el ático se daba, de manera generalizada, un problema de pérdida de la adhesión de los estratos de preparación (estuco) y dorado y policromía al soporte (la madera). Ello había provovado el levantamiento de los estucos en forma de "conchas" o "cazoletas" cóncavas, con el consiguiente riesgo de desprendimiento de las mismas, dejando la medera vista, lo que ya ocurría en muchas zonas, que acusaban pérdidas de dorado y policromía.
Esta situación hacía inviable la aspiración indiscriminada del polvo por toda la superficie del retablo, lo que hubiera provocado la pérdida irreparable de gran cantidad de dorado y policromía. Por ello, la eliminación de los depósitos de suciedad superficial se fue combinando con una fijación de emergencia en aquellas zonas en las que el estado de los estucos lo hacía recomendable y que, en el ático, fue la práctica totalidad de la superficie, al ser la zona del retablo que, con diferencia del resto, más acusaba esta patología.





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