jueves, 9 de diciembre de 2010

Eliminación de polvo y cascotes

Como es habitual en este tipo de obras, presentaba grandes acumulaciones de polvo, acentuadas, obviamente en los planos horizontales. No obstante, el polvo acumulado no era excesivo en las zonas frontales, debido a la aspiración que se llevó a cabo en los retablos tras las obras llevadas a cabo en la parroquia hace pocos años. En las zonas más ocultas y en la trasera del ático sí que había mucha cantidad de polvo, a la que se sumaban cascotes de ladrillo y mortero y cristales rotos, procedentes éstos de la vidriera que está sobre el retablo.

Bajo la peana que se sitúa sobre el banco, ante el camarín de la Virgen, también había mayor cantidad de depósitos.

En el interior del banco, en la bancada de obra sobre la que asienta el retablo, se encontró gran cantidad de cascotes de ladrillo y mortero. Se pudo comprobar, por varios fragmentos de considerable tamaño, que provenían del momento en que se montó el retablo, de la rotura de cornisas y apertura de mechinales para los anclajes al muro.
Al desmontar el lateral del zócalo para su consolidación, se pudo acceder al interior para retirar todos los escombros y aspirar el polvo.

El polvo depositado en superficie se elimina por medio de pinceles y brochas de pelo suave y aspirador.




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