Reparaciones antiguas: en diversos puntos del retablo aparecen evidencias de intervenciones hechas a lo largo del tiempo. Fragmentos desprendidos y atados con cuerda o alambre, clavos y puntillas para fijar piezas caidas...
Los repintes se reparten por todo el retablo, pero principalmente en el banco, en el que prácticamente el 90% de la decoración al temple aparecía repintada de una manera grosera con esmalte sintético.
Grietas provocadas por la separación de piezas a causa de la pérdida del poder de adhesión de la cola, por el movimiento de la madera, o por manipulaciones desacertadas.
Ataque de insectos xilófagos. En diversas zonas se observan evidencias de ataques de insectos xilófagos, hoy inactivos. Concretamente, se han detectado orificios de salida de anobium punctatum (carcoma) y, en la zona del sotabanco evidencias de ataque de reticulitermes lucifugus (termita), que había llegado a provocar una reparación en algún momento, en la que se repusieron varias piezas nuevas de madera para sustituir a las que habían dejado inservibles los xilófagos.
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