jueves, 16 de diciembre de 2010

Reubicación de fragmentos

Como ya ocurriera en la restauración del Retablo Mayor, dentro del actual proceso de intervención del Retablo del Rosario está resultando muy interesante la reubicación de fragmentos hasta ahora desaparecidos.

Como se explicó en aquella ocasión ( ver la entrada "Reubicación de fragmentos", de Abril de 2009), desde hace mucho tiempo se han venido guardando todos aquellos fragmentos que se rompían o desprendían de los retablos, marcos de cuadros, candelabros, etc.

El minucioso estudio del diseño del retablo y la detenida observación de las muchas decenas de fragmentos (extendios en mesas de trabajo) permiten ir reubicando las piezas, en una operación que se prolongará durante toda la intervención.
La principal dificultad de reconocer las piezas reside en que los cinco principales retablos de la iglesia son del mismo autor, por lo que las coincidencias morfológicas son muchas, y el tipo de acantos, roleos, molduras, etc. se repiten en todos ellos, por lo que resulta muy complicado discernir qué fragmentos pertenecen a un retablo y no a otro.

Por supuesto, no se trata de cubrir huecos con cualquier pieza "que encaje bien". Tienen que apreciarse evidencias de que es ese fragmento y no otro el que un día se desprendió dejando ese hueco y no otro. Para ello juega un papel muy importante la "huella" de estuco que queda en el retablo (si se trata de algun elemento desprendido de la mazonería) o los perfiles prefectamente coincidentes de las dos piezas a unir (en el caso de una rotura).
Hasta el momento se han reubicado dieciocho fragmentos de diversos formatos.














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